Los
seres humanos son seres sociales por naturaleza, no pueden vivir aislados, se relacionan con otros de acuerdo a los intereses, gustos o aspectos comunes
que puedan tener. Este tercer principio del aprendizaje colaborativo está relacionado con las Habilidades Sociales, tanto interpersonales como de equipo, por tal motivo, es oportuno traer a colación uno
de los Principios de la Inteligencia Emocional propuesto por Goleman (2007), quien
define a las Habilidades Sociales como aquellas necesarias para manejar con
destrezas las emociones de otras personas, es decir, para inducir en los otros las respuestas deseadas; este autor hace mención, igualmente, a que en el
manejo de estas habilidades sociales resaltan una serie de aspectos, perfectamente
aplicables en el ámbito académico.

- Ejercer la Dirección Positivamente: Consiste es inspirar y guiar a los individuos o grupos; quienes poseen esta aptitud articulan y despiertan entusiasmo en pos de una visión y misión compartidas; se ponen a la vanguardia cuando es necesario; orientan el desempeño de otros, haciéndoles asumir su responsabilidad; y guían mediante el ejemplo.
- Comunicarse: Se trata de escuchar abiertamente y transmitir mensajes convincentes. Las personas que poseen esta aptitud saben escuchar, buscan el entendimiento mutuo y comparten información de buen grado; fomentan la comunicación abierta y son receptivas, tanto a las malas noticias como a las buenas, dentro de un grupo de trabajo.
- Tomar Decisiones: En el grupo debe existir coherencia en el proceso de toma de decisiones; dado que cada uno de sus integrantes posee valores y actitudes diferentes, se requiere lograr el consenso necesario para reducir a un mínimo los conflictos que pudieran presentarse. La toma de decisiones es, entonces, el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las opciones o formas disponibles para resolver diferentes situaciones o problemas actuales o potenciales (aún cuando no se evidencie un conflicto latente), que pudieran presentarse en el grupo de trabajo, en aras de lograr los objetivos planteados a corto o mediano plazo.
- Crear un Clima de Confianza: Las personas constituyen el eje central de las relaciones, los comportamientos adoptados por ellas en situaciones particulares de interacción pueden, en algunos casos, obstaculizar las relaciones interpersonales y en otros, favorecerlas. En todo caso, en los grupos debe procurarse que las relaciones se establezcan sobre la base de actitudes positivas, como la cooperación, la aceptación, la participación, el respeto, y la autonomía, entre otras, con lo cual se estaría propiciando un clima de confianza; cabe destacar que para lograrlo es fundamental el diálogo, la valoración positiva de los demás y de sí mismo; de esta manera es más probable que el clima que reine entre los integrantes del grupo sea altamente positivo y gratificante.
- Lograr Controversias Fructíferas y Manejar Conflictos: Dado que quienes integran los grupos de trabajo son individuos heterogéneos; con intereses, creencias, criterios, maneras de pensar y de actuar diferentes, es normal y frecuente que se originen controversias en un equipo; lo importante es obtener, a partir de su surgimiento, los mejores resultados; para ello, es necesario, negociar y resolver desacuerdos, tomando en consideración que toda negociación lleva una carga emocional, es por tal motivo que se deben manejar con diplomacia y tacto tanto las situaciones tensas como las personas difíciles; detectar los conflictos potenciales, poner al descubierto los desacuerdos y ayudan a reducirlos; alentar el debate y la discusión franca; y orquestar soluciones de conflictos, al desarrollar la capacidad de detectar los disturbios cuando se están gestando y tomar medidas para calmar a los involucrados. Los mejores negociadores son capaces de percibir que puntos son los más importantes para la otra parte y ceder allí, mientras presionan por concesiones en puntos que no tengan tanto peso emotivo; para ésto se requiere escuchar y empatizar.
En conclusión, el hombre como ser
humano tiende a vivir en sociedad, tomando como punto de partida esta premisa, para
poder integrarse a ella se hace necesario que entre sí actúen y se complementen
con el propósito de alcanzar sus aspiraciones o deseos y satisfacer sus
necesidades. El ámbito académico no está excluido de este proceso de
integración a la sociedad; el trabajo en equipo en sí, dada la diversidad de
sus integrantes, constituye un reto pero, al mismo tiempo, puede representar una
experiencia satisfactoria en la medida en que se logre la integración de unos a
otros, con lo cual todos tienen la oportunidad de aprender y crecer; por ello,
es fundamental que desde los primeros años, los alumnos adquieran las
habilidades sociales requeridas para lograr una colaboración de alto nivel y motivarse
a emplearlas; debe, entonces, hacerse especial énfasis en enseñar a los alumnos
a conocerse y confiar unos en otros; comunicarse de manera precisa, sin
ambigüedades; aceptarse y apoyarse mutuamente; y, resolver conflictos
constructivamente.
Hola. Estoy de acuerdo con las ideas expuestas. Creo además que es fundamental que desde el hogar a la persona en la niñez se le prepare en las habilidades sociales fomentando en ella una firme autoestima y seguridad en sí misma. Así tendrá las bases necesarias para enfrentarse posteriormente en la escuela y el trabajo con mayor desenvolvimiento satisfactorio en su vida.
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